lunes, 29 de octubre de 2007

Cariño...

¿Te quieres casar conmigo?


viernes, 26 de octubre de 2007

Un sueño y un tesoro (parte 2)

Mientras nadaba a la orilla más cercana, pensaba y me obsesionaba con la idea de qué había ocurrido en esa cueva, de como estarían los demás, de si mi hermano seguiría vivo... y del oro. Ese oro tenía algo de especial... así que en cuanto salí de la orilla me dirigí hacia un especie de mercadillo que había justo debajo de la cueva. Hay muchas tiendas, como una gran avenida entera. Me dirigí hacia el final, pero me di cuenta de que alguien me perseguía. Como no podía divisar ninguna imagen de mi persecutor, decidí correr. Pensé que podría ser un guarda de la cueva, así que no podía arriesgarme. La vida pirata es así, o corres o a la horca.

- "Buf, buf!" No podía respirar más rápido porque notaba que mis pulmones abrasaban
- "Por qué huyes? Solo quería ver quién saltó desde el acantilado. Solo quería ver al loco que se metió en la cueva maldita". Al girarme, observé que una joven muy guapa y atractiva era la persona que me perseguía. Tenía un vestido de doncella, era morena y se mostraba muy cariñosa conmigo.

- "Quién eres? Por qué me dices eso?" No entendí muy bien sus planes.
- "
Yo conozco como entrar por otro sitio, si me sigues te ayudaré a volver".

No me lo pensé. Me cogió de la mano y subimos por unas escaleras de piedra que había justo destrás del mercado. Las escaleras no llegaban a hacer un caracol, pero sí que se torcían, hacían bajadas imposibles, subían de nuevo... era como un laberinto. La chica sabía perfectamente por donde subir, bajar, escalar y saltar. Era peligroso, todo alrededor se volvía oscuro y tenebroso... y notaba como si algo malo fuera a pasar. Y llegamos a un foso donde no se veía el fondo. Solamente se veían dos puntos rojos que parecían ojos venidos del Averno.

- "No mire
s abajo, si lo haces te consumirá en el miedo."
- "Qué es eso?" dije con curiosidad

Ella parecía como si no me hubiera escuchado y señaló a la otra vertiente, para que saltara. Cogí carrerilla y brinqué lo máximo que pude, pero me costó llegar.

- "Te va a costar... Oye! Me he dado cuenta de que no sé como te llamas!"
- "Te espero abajo del acantilado con un barco. Coged el oro que no esté escrito". Con estas palabras la chica desapareció en la oscuridad dejándome ante otra boca del infierno... Una enorme cueva.

Al entrar todo me resultaba familiar. Era una habitación parecida a la del oro, pero había un portón de madera enorme, con forma cuadrangular y con refuerzos de hierro. Abrí la puerta y me encontré en el pasillo. Había más niebla que antes, y me dí cuenta de que no llevaba mi espada... así que corrí como pude hasta la habitación del oro. Estaba bloqueada con maderas, y empecé a quitarlas una a una, hasta que por una hendidura veía como un resplandeciente oro brillaba y unas siluetas humanas estaban atadas en la pared. De una patada rompí las últimas maderas y sin inmutarme por el ruido hecho desaté uno a uno a mis compañeros, dejándo para el final a mi hermano Raúl.

- "Has tardado. Eso está maldito. Está gobernado por fantasmas y un tipo con los ojos rojos. Parece el diablo! Es el que nos encadenó..."
- "Maldición! Coged oro, pero coged el que no esté escrito y larguémonos de aquí!" Grité mientras cogía un huevo enorme del metal preciado...

Corrimos lo máximo que pudimos, pero con la precaución de que ahora sería yo el último para que nadie se quedara atrás. De fondo se veían los ojos y unas pisadas fuertes y firmes, cada vez más sonoras y cada vez más rápidas... Mi hermano fue el primero en llegar al acantilado, donde se paró en seco...

- "Salta hermano! No tengas miedo, tenemos ayuda abajo!" Mientras le decía eso, le quitaba una lápida de oro escrita a uno de mis compañeros. - "Esto no, grumete! Esta es la lápida de tu tumba!".

Saltaron uno tras otro y yo me quedaba cada vez más atrás. Me pesaban las piernas, me pesaban los párpados, y notaba como algo me sujetaba cada vez con más fuerza. Al notar esos síntomas, me di cuenta de que llevaba una lámina de oro escrita, donde ponía "SI LEES ESTO, ESTÁS MUERTO". Me giré, ví al diablo delante mía y con un gesto rápido le puse la lámina en la frente...

- "Creo que esto te pertenece!" Al darle la lámina, el diablo me soltó y pude escaparme y saltar al vacío. Mientras caía escuchaba el grito de ultratumba de ese ser y contemplaba un precioso barco pirata en un bello atardecer de color oro...



Espero que os haya gustado.
ReB.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Un sueño y un tesoro (parte 1)

Ayer soñé algo realmente emocionante. Era un sueño de piratas... o más bien pudo ser una visión de alguna vida pasada que pude tener.


Era un pasaje caribeño, como no podía ser de otra forma. En lo alto de una colina que desembocaba en un mar que se adentraba en la tierra... esperábamos. Mi tripulación y yo (incluido mi hermano Raúl) mirábamos las casas de la orilla de enfrente esperando una señal. Eran unas casas típicas mediterráneas. Por las decoraciones, las calles y las casas parecía como si estuviéramos a principios del siglo XVIII. Al ver una señal de enfrente, decidimos bajar de un salto y entrar en una pequeña cueva que había a la orilla. No estaba vigilada, y se ve que habían estado haciendo alguna actividad de cautividad de algo... así que decidimos meter los hocicos para "requisar" lo que hubiere.

Al entrar era una cavidad muy pequeña, por lo tanto nos teníamos que deslizar como si fuera un trampolín. Éramos unos cinco, así que íbamos poco a poco. Al llegar abajo del todo, encontramos un enorme pasillo con galerías. Al fondo del pasillo una sala sin ninguna puerta, y ahí nos dirigimos... Una vez dentro descubrimos unas enormes piedras apiladas. Eran piedras grandes. Algunas del tamaño de una bola de cañón, y otras del tamaño de un cañón entero. De diversas formas y tamaños. Se ve que era de alguna civilización diferente a la nuestra, que habían cavado ahí para guardar algo. Nos pusimos a investigar y la sorpresa fue cuando al levantar una de las piedras.... encontré oro! Si, era una pepita del tamaño de una bala, pero parecía valiosa.


- "Capitán, aquí hay más! Mire, mire! Esta es una lámina, y parece que tiene algo escrito!" Escuché de un pirata joven.
- "Hermano! Ayúdame a levantar esta! Se ve que algo brilla debajo!" Dijo Raúl con voz alegre y alterada.
- "Capitán... deberíamos dejar eso para luego... mire!!!!" Al girar la cabeza vimos unas espadas y hachas acercándose... f
lotando solas en el aire.
- Maldición, qué es eso!?

Una vez más cerca nos dimos cuenta de que eran marineros... pero traslúcidos. Agarraban armas de la época, que empezaban a mostrar signos de hostilidad.

- "¡Zas!" Una hacha fue directa a mí y con un espadazo la paré en seco. Miré al marinero y le asesté un estocazo... que no sirvió para nada. "¡Maldición!" grité mientras observaba como todos hacíamos lo mismo...
- "Ay" recibí un corte en mi brazo derecho, y a la par grité:"Retirada!"

Huíamos por el pasillo hasta conseguir ver una pequeña luz que se hacía más grande conforme avanzábamos. Íbamos lentos, pues todos teníamos algún que otro corte... y oímos una voz tenebrosa que decía: - "Soltad las armas y el oro y no seréis dañados" Me giré y ví como todos llevaban un pequeño fragmento de oro y como una nube densa nos perseguía. Poco a poco se veía el fondo del pasillo que no era otra cosa que... un acantilado! No nos quedaba otra que saltar. Al acercarme más y más, me di cuenta que algo me detenía poco a poco. Es como si pesara cada vez más. Me dí cuenta de que yo también llevaba oro, así que lo tiré y conseguí saltar al mar.

- "Maldición! Es ese oro! Tengo que hacer algo! Hermano, volveré por tí!" Dije mirando hacia la cueva. Pensaba en mis adentros: "El juramento pirata dice que quién se queda atrás se da por muerto. Pero eso nunca lo cumplí. Y mucho menos si hay un hermano o una dama de por medio. Volveré a por todos. Volveré a luchar. Y volveré a por ese oro!!!


Mañana seguiré con la historia... espero que os guste! Viene directamente de mis sueños!

jueves, 18 de octubre de 2007

Vuelta a las andadas...

Hola... y perdón. En principio quería pediros perdón a toda esa gente que me leía, y que dejé colgada. Siento no haber tenido inspiración, pero como veis por los demás blogs ya hay buenas noticias en mi vida, motivaciones, ganas y demases que ayudan a escribir.

Estoy de vuelta! Tengo muchas cosas que contar, pero como imaginais lo más importante es que estoy buscando un nido en Granada para irme con Coco, la niña que me robó el corazón. Los insurrectos se desvanecieron... Saúl tiene nueva novia, Raúl está desaparecido, Pedrito sigue en su línea... y yo he decidido seguir mi camino también. Siempre lo he sido, un pirata solitario que ha hecho todo lo que le ha dado la gana sin preocupaciones o remordimientos. Aunque he de decir que entre mi barco y mi fiel Puka hay cabida para una tremenda mujer que ha sido la única que ha conseguido robarme algo: mi corazón. Coco y su fiel perrita Coco (¿?) se unen a mi triuplación en busca de aventuras que a lo largo de los días iré escribiendo en el Diario de Abordo que acabo de estrenar para vosotros. Estáis todos invitados a deambular en busca de tesoros, y por supuesto tengo abierta la mente ante vuestras propuestas de temas ya sean antiguos o algo nuevo de lo que queráis hablar.

También tengo preparada una sección en la que contaré las aventuras de un pirata en una fecha en la que la piratería estaba en pleno auge y en la que los imperios luchaban por impedirla. Hice una regresión en mi vida porque quería ver desde cuando, donde y por qué me venía la sangre pirata con esas ganas de aventura, picardía, saqueos y robos, búsqueda de tesoros y ganas de juerga.

Me alegro de volver. Me alegro de levar el ancla !

lunes, 1 de octubre de 2007

Por que te quiero..

Aquí está, ya lo tienes, espero que te guste pero sobre todo que lo utilices, porque lo echo de menos, porque me gusta como escribes, porque me gusta dejar constancia escrita de nuestra historia..